lunes, 30 de septiembre de 2013

Conformidad.



Tenía todo pero nada representaba, era una cruel mentira que compartía con la humanidad; cuando tenía que luchar me ausentaba y vivía a espaldas de mi propia vida.



A veces me alimento de tristezas, angustias y de mi herida que no para de sangrar y se abre con cada nueva decepción que el mundo exterior trae para mi.
Solía ser frágil, temeroso, fraudulento, angustiado, febril, envanecido; no sé siquiera si al vivir me escuchaba a mi mismo y ahora soy una persona totalmente desconocida.



Me abrumaban la nostalgia, la tristeza y el silencio de un dios, un sol para mi alma.



Cotidianamente, sin esperarlo comenzó algo, algo que me dejó desconcertado, que me deja sin paz ni calma.



Aún sigo sin explicarme el querer de una persona puede transformar mi vida en tal utopía, mi alma anarquista junto con ella se siente liberada.


De nuevo hay un sol para mi vida.

- Federico Restrepo Alvarez -

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