Ella es una princesa en su torre metida
con un pequeño ventanal para mirar a la vida.
Es un inocente fantasma a quien la penumbra aprisionó.
Y su alma que desde antes de morir volaba,
tiene el rastro de los rumores que le atormentaban.
A medida que su larga existencia le hace seguir viviendo,
su percepción se vuelve retorcida
y todo se vuelve claroscuro.
La visibilidad de lo invisible se hace poco obvia, distorcionada.
El corazón de la pequeña no soportó nunca,
nunca comprendió...
Y ahora se pregunta, ¿Quien es el fantasma?
- Federico Restrepo Alvarez -
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